sábado, 4 de marzo de 2017

Abrázame...





Estaba leyendo un artículo sobre los abrazos y el TEA y me ha dado por pensar en mí....

En cuanto a dar...

De pequeña y hasta relativamente no hace mucho no recuerdo haber dado abrazos espontáneamente a nadie, ni siquiera a mi marido e hija... Creo que era algo en lo que no había pensado que tenía que hacer y siiii... a aveces he sentido el deseo de abrazarles, pero me pasaba algo curioso: no sabía cuándo podía ser el momento preciso y no sabía cómo hacerlo... así que, al final, con tantas dudas... acababa no abrazando a nadie. No me daba cuenta que la gente abraza sin más... sin pensarlo. Parece que no piensan si es el momento apropiado o no, ni tampoco parecen necesitar pensar en cómo acercarse al otro, les sale sin más. He ido dándome cuenta que sienten ese impulso... de la nada. Me imagino que debe de ser algo mágico. 


En cuanto a recibir...

Siento algo curioso. Me viene a la memoria un día (lo recuerdo como una "situación chispazo") en el que una persona a la que considero amiga y un ser muy especial para mí, me dio un "abrazo sentido" (de esos "de verdad", con emoción). Mi cuerpo estaba en estado catatónico y no recuerdo devolver el abrazo, pero sentí la emoción intensa del afecto que recorría todo mi cuerpo. Mi cuerpo, por fuera estaba como paralizado, pero mi mente estaba en ebullición... sentía un calor intenso a modo de fiebre que recorría por todas mi neuronas, aunque mi cuerpo seguía paralizado. Esa emoción es tan intensa que dura más allá de los pocos segundo que dura el acto de abrazar. Es una emoción profunda, que queda sellada en la memoria como algo eterno. Cabe decir que esa sensación la he sentido muy pocas veces..

Sin embargo, me producen asco los abrazos de compromiso, aquellos que tienes que dar a personas hacia las que no sientes nada o incluso no te caen bien. Son esos abrazos de compromiso que tienes que dar, incluso, a la familia. ¡¡¡Es algo que me supera!!, que no soporto. El tacto de ese abrazo, de ese beso me produce asco. No soporto acercarme a la cara, ni al cuerpo de esa persona.. El contacto con su piel me produce asco, literalmente, asco, un asco profundo. Pero, soy una persona muy correcta, así que siempre beso por compromiso... un beso de esos que evitan tocar, lo máximo posible, la mejilla el otro. Eso si.. no daré un abrazo, eso no. Cuando recibo un abrazo de esas personas, la presión de su tacto me produce un malestar profundo. No es un dolor sensorial, no es que la presión de la otra persona me produzca daño físico, sino que es un malestar emocional exagerado... una emoción de incomodidad intensa y duradera. Noto la "presión-asco" de ese beso, de ese abrazo en mi cuerpo más allá del tiempo que dura. Lo siento como algo pegajoso que se queda en mi cuerpo, en mi memoria por tiempo y no puedo desecharlo con facilidad...

Siempre he sido una persona correcta, pero poco expresiva emocionalmente, aunque desde hace unos años he aprendido ha usar algunas conductas "de acercamiento social". Me he ido dando cuenta que a las personas les gusta que las toquen.. un toque o caricia suave en el brazo junto con una sonrisa... les reconforta... y he aprendido a hacerlo en determinadas situaciones, pero en todas ellas , por mi parte, es sentido... No puedo tocar o abrazar a personas a las que no tenga cierta empatía, aunque solo las haya visto una vez. Puedo tocar a una persona que acabo de conocer si así lo siento. A veces, hago esos toques y abrazos a personas que creo que lo necesitan... a modo de regalo. No se como explicarlo mejor.

Siii... me dejo tocar y abrazar, pues soy demasiado correcta y a veces me gusta y otras me produce un gran malestar. Las emociones que siento son muy intensas: o de una fogosidad intensa o de un asco tremebundo.

Siiii... toco y abrazo ahora, pero lo tengo que sentir profundamente: o por que eres alguien especial en mi vida o porque siento que te puede reconfortar.

Las emociones las siento de forma intensa... de una forma genuina, de verdad, con toda la verdad que supone sentir emociones.


1 comentario: